This sculpture by Aldo Guarnieri, created in the 1990s, stands out for its bold presence and intense use of color. The base, made of wood and mounted on small wheels, provides stability while also conveying a subtle sense of movement, suggesting that the piece could easily be transported, almost as if it were ready to travel through space and time.
Above the base, the panel is characterized by a rough, richly textured surface from which a series of irregular shapes emerge, resembling rocks or fossils that seem to have been sculpted by time itself. These elements, with their intense shades of purple, red, and green, contrast vividly with the warm, earthy background, creating a visual dialogue between colors and textures that captures the eye and stimulates the imagination.
The protruding forms seem to almost break free from the surface, as if they want to transcend the boundary between the world of the artwork and that of the viewer. There is something both primordial and contemporary about this creation; a connection to the earth, to natural forces, but also a nod to artistic exploration and material experimentation.
with his unmistakable touch, Guarnieri infuses this sculpture with a sense of mystery and depth, inviting the observer to pause, to contemplate, to try to understand the hidden stories behind each facet and each color variation. This piece is not just an object to look at, but an experience to live, an emotional and sensory journey that leaves a lasting impression on the soul of those who explore it.
Esta escultura de Aldo Guarnieri, creada en la década de 1990, destaca por su atrevida presencia y su intenso uso del color. La base, de madera y montada sobre pequeñas ruedas, proporciona estabilidad a la vez que transmite una sutil sensación de movimiento, sugiriendo que la pieza podría transportarse fácilmente, casi como si estuviera lista para viajar a través del espacio y el tiempo.
Sobre la base, el panel se caracteriza por una superficie rugosa y ricamente texturada de la que emergen una serie de formas irregulares, semejantes a rocas o fósiles que parecen haber sido esculpidos por el propio tiempo. Estos elementos, con sus intensos tonos morados, rojos y verdes, contrastan vivamente con el fondo cálido y terroso, creando un diálogo visual entre colores y texturas que atrapa la mirada y estimula la imaginación.
Las formas que sobresalen parecen casi desprenderse de la superficie, como si quisieran traspasar la frontera entre el mundo de la obra y el del espectador. Hay algo a la vez primordial y contemporáneo en esta creación; una conexión con la tierra, con las fuerzas naturales, pero también un guiño a la exploración artística y la experimentación material.
con su inconfundible toque, Guarnieri infunde a esta escultura una sensación de misterio y profundidad, invitando al observador a detenerse, a contemplar, a intentar comprender las historias ocultas tras cada faceta y cada variación de color. Esta pieza no es sólo un objeto para mirar, sino una experiencia para vivir, un viaje emocional y sensorial que deja una impresión duradera en el alma de quien la explora.
Contacta con nosotros
Haz una oferta
¡Hemos notado que eres nuevo en Pamono!
Por favor, acepta los Términos y condiciones y nuestra Política de privacidad
Contacta con nosotros
Haz una oferta
¡Ya casi está!
Para seguir la conversación en la plataforma, por favor completa el registro. Para proceder con tu oferta en la plataforma, por favor completa el registro.Exitoso
Gracias por tu consulta, alguien de nuestro equipo se pondrá en contacto contigo en breve.
Si eres profesional del diseño, por favor solicita aquí los beneficios del Programa comercial de Pamono