Enter the enchanting world of Italian craftsmanship of the 1950s, where every piece of furniture was a work of art and elegance was paramount. This exquisite wardrobe , attributed to Paolo Buffa, is a testament to the refined sensibility of the era, recently restored to its former glory. The cabinet is a symphony of wood, a testament to the art of marquetry. It is a delicate dance of walnut and different woods, meticulously crafted to create a harmonious tapestry of natural beauty. The marquetry, a testament to the artisan's skill, brings the wood to life, transforming it into a canvas for a visual masterpiece.
One cannot help but notice the curved wood ornament adorning the top of the cabinet keyboard. It is a touch of genius that adds depth and dimension, creating an elegant interplay of harmony and volume. This seemingly simple curve infuses the piece with a sense of movement and grace.The cabinet has 4 doors that open via brass knob. Their design, featuring round brass knobs, speaks of timeless sophistication. The tactile pleasure of grasping those knobs, a portal to the treasures within, is a testament.
But what sets this piece of furniture apart is the frame that surrounds it. The finely inlaid wood, adorned with pretty ornaments, creates a visual masterpiece. It is an edge that frames and elevates, adding a layer of sophistication and charm that few pieces can boast.
And let's not forget the wooden feet, whose curvilinear workmanship is a testament to classicism and elegance. They form the base on which this marvel rests and recall the enduring beauty of natural materials. Inside we notice in the two side doors a brass tube for storing clothes or coats . In the center of the cabinet in the glass door, opening it we find several shelves for storing objects. In the other door at the bottom a small drawer concludes the cabinet. To own a piece like this is to own a slice of history, a link to an era that celebrated beauty and quality. It is a tribute to Paolo Buffa's legacy and a reminder that excellence in design and craftsmanship transcends time. This Italian furniture from the 1950s is not just a piece of furniture, but a work of art, an embodiment of elegance and refinement, a treasure to be admired and treasured for generations to come.
Entre en el encantador mundo de la artesanía italiana de los años 50, donde cada mueble era una obra de arte y la elegancia era primordial. Este exquisito armario , atribuido a Paolo Buffa, es un testimonio de la refinada sensibilidad de la época, recientemente restaurado a su antiguo esplendor. El armario es una sinfonía de madera, un testimonio del arte de la marquetería. Es una delicada danza de nogal y diferentes maderas, meticulosamente trabajadas para crear un armonioso tapiz de belleza natural. La marquetería, testimonio de la habilidad del artesano, da vida a la madera, transformándola en el lienzo de una obra maestra visual.
Uno no puede evitar fijarse en el adorno de madera curvada que adorna la parte superior del teclado del mueble. Es un toque de genialidad que añade profundidad y dimensión, creando un elegante juego de armonía y volumen. Esta curva aparentemente sencilla infunde a la pieza una sensación de movimiento y gracia.El armario tiene 4 puertas que se abren mediante un pomo de latón. Su diseño, con pomos redondos de latón, transmite una sofisticación atemporal. El placer táctil de agarrar esos pomos, un portal a los tesoros de su interior, es un testimonio.
Pero lo que distingue a este mueble es el marco que lo rodea. Las finas incrustaciones de madera, adornadas con bonitos ornamentos, crean una obra maestra visual. Es un borde que enmarca y eleva, añadiendo una capa de sofisticación y encanto de la que pocas piezas pueden presumir.
Y no olvidemos los pies de madera, cuya factura curvilínea es un testimonio de clasicismo y elegancia. Forman la base sobre la que descansa esta maravilla y recuerdan la belleza perdurable de los materiales naturales. En el interior observamos en las dos puertas laterales un tubo de latón para guardar ropa o abrigos . En el centro del armario en la puerta de cristal, abriéndola encontramos varios estantes para guardar objetos. En la otra puerta al fondo un pequeño cajón cierra el mueble. Poseer una pieza como ésta es poseer un trozo de historia, un vínculo con una época que celebraba la belleza y la calidad. Es un homenaje al legado de Paolo Buffa y un recordatorio de que la excelencia en el diseño y la artesanía trasciende el tiempo. Este mueble italiano de los años 50 no es sólo un mueble, sino una obra de arte, una encarnación de la elegancia y el refinamiento, un tesoro para admirar y atesorar durante generaciones.
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