This magnificent sculpture depicts a Buddha Budai, carved from precious dark green jade, enhanced by captivating spots of color ranging from black to purple, adding depth and uniqueness to the piece. The green jade, known for symbolizing wisdom and serenity, is used here to evoke a sense of inner peace and spiritual well-being. The natural color spots scattered across the surface give the sculpture additional visual richness and symbolic meaning, recalling the unpredictable nature of life and the beauty of imperfection.
The Buddha is portrayed in his typical relaxed pose, with his round and prominent belly, which, according to tradition, is touched to bring good fortune and prosperity. The Buddha’s warm and peaceful smile conveys a feeling of pure joy and contentment, inviting the observer to embrace the serenity that radiates from it.
The jade used in this sculpture is not only a precious material but also holds deep spiritual significance, especially in Asian culture, where it is considered a talisman of protection and good fortune. The colored veins running through the jade seem to tell a story of transformation and growth, making this piece not just a decorative object but a symbol of wisdom and abundance.
Placing this sculpture in your home or meditation space creates an atmosphere of harmony and reflection. The Buddha, with his radiant presence, invites anyone who gazes upon him to reflect on the simplicity of happiness and the importance of finding balance and inner peace.
Esta magnífica escultura representa a un Buda Budai, tallado en precioso jade verde oscuro, realzado por cautivadoras manchas de color que van del negro al morado, añadiendo profundidad y singularidad a la pieza. El jade verde, conocido por simbolizar la sabiduría y la serenidad, se utiliza aquí para evocar una sensación de paz interior y bienestar espiritual. Las manchas de color natural esparcidas por la superficie dan a la escultura una riqueza visual y un significado simbólico adicionales, recordando la naturaleza impredecible de la vida y la belleza de la imperfección.
Buda está retratado en su típica pose relajada, con su vientre redondo y prominente, que, según la tradición, se toca para atraer la buena fortuna y la prosperidad. La cálida y apacible sonrisa del Buda transmite un sentimiento de pura alegría y satisfacción, invitando al observador a abrazar la serenidad que irradia.
El jade utilizado en esta escultura no sólo es un material precioso, sino que también tiene un profundo significado espiritual, especialmente en la cultura asiática, donde se considera un talismán de protección y buena fortuna. Las venas de colores que recorren el jade parecen contar una historia de transformación y crecimiento, lo que convierte a esta pieza no sólo en un objeto decorativo, sino en un símbolo de sabiduría y abundancia.
Colocar esta escultura en su hogar o espacio de meditación crea una atmósfera de armonía y reflexión. El Buda, con su radiante presencia, invita a quien lo contempla a reflexionar sobre la sencillez de la felicidad y la importancia de encontrar el equilibrio y la paz interior.
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