“Sibila pérsica” after Giovanni Francesco Barbieri “Il Guercino”, Escuela Boloñesa, Clasicismo, ff. S. XVII - Italia
Excepcional óleo sobre lienzo en el que se representa a la Sibila pérsica o Sibila de Persia, atribuido al círculo o taller de Giovanni Francesco Barbieri “Il Guercino”, pues se trata de una versión recortada de la obra homónima, realizada en 1647 y que actualmente se expone en los Museos Capitolinos.
La figura femenina se representa de manera sedente, con el codo apoyado sobre una superficie que se encuentra fuera de los límites del marco para así descansar la cabeza sobre el dorso de su mano. Su actitud es contemplativa, quizá de reflexión o meditación; la expresión serena de su rostro está cargada de una sutil melancolía.
La figura ocupa el primer plano de la composición piramidal, cuya cúspide es el rostro de la protagonista, sin otros elementos distractores. El fondo oscuro contribuye a este enfoque, eliminando detalles innecesarios y generando una atmósfera casi teatral. La luz baña suavemente el rostro y busto de la figura, destacándolos sobre este fondo oscuro. La posición de la cabeza ligeramente inclinada crea una suave diagonal que guía el ojo del espectador a lo largo de la obra. El rostro de la Sibila es clásico en su idealización; no muestra detalles individualizados, sino una belleza que se acerca a los cánones clásicos.
En cuanto a la paleta de colores, es sobria pero rica. Los colores se despliegan con un modelado suave, lo que aporta a la figura una calidad escultórica. El vestido es azul, en contraste con el manto o capa de color rojizo o terroso, además del turbante grisáceo.
Las sibilas
Las sibilas son figuras femeninas a las que los hombres atribuyeron la capacidad de profetizar el futuro en la Antigüedad Grecolatina. La palabra «Sibila» viene (a través del latín) de la palabra griega antigua sibulla, que significa «profetisa».
Se trata de un conjunto de mujeres a las que la mitología ubicó en las inmediaciones de grutas o ríos. Las primeras referencias que se hacen a esta figura mitológica se centran en un único personaje, no obstante se llegarán a nombrar diez sibilas diferentes según Varrón: Sibila de Samos, Sibila eritrea, Sibila del Helesponto, Sibila frigia, Sibila cimeria, Sibila délfica, Sibila de Cumas, Sibila libia, Sibila tiburtina y Sibila babilónica (también conocida como Sibila pérsica o hebrea).
Han sido muchos los artistas que han representado a las sibilas, destacando sobre todas ellas las pinturas murales de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina, donde representó a cinco de estas figuras: Sibila eritrea, Sibila pérsica, Sibila líbica, Sibila cumana y Sibila délfica, junto con cinco profetas, enfrentando así la tradición de la clarividencia en la Antigüedad Clásica y la cristiana. La sibila pérsica de Il Guercino se encuentra en los Museos Capitolinos de Roma.
En concreto, la sibila pérsica era una sacerdotisa profética que presidía el Oráculo de Apolo y, supuestamente, predijo las hazañas de Alejandro Magno. Es mencionada por Nicanor, quien escribió la vida de Alejandro. Tuvo, al menos, tres nombres: Sambethe, Helrea y Sabbe. Se decía que Sambethe pertenecía a la familia de Noé. La enciclopedia bizantina medieval, Suda, atribuye a la Sibila hebrea la autoría de los oráculos sibilinos, una colección de textos del siglo II al IV que se recogieron en el siglo VI.
Giovanni Francesco Barbieri “Il Guercino” (1591-1666) y la Escuela boloñesa
Giovanni Francesco Barbieri, más conocido con el apodo Guercino o Il Guercino, fue un pintor barroco italiano, representante del periodo de transición del clasicismo romano-boloñés al barroco pleno. Su estilo se vio fuertemente influido por los Carracci (de hecho, sus obras se ganaron los elogios de Ludovico Carracci, ya anciano); sin embargo, algunas de sus obras posteriores se asemejan más a la de su contemporáneo Guido Reni, quien llegó a acusarle de plagio. Hacia 1628 su estilo experimentó un cambio, sus figuras comenzaron a acercarse a los ideales de perfección física que en el siglo anterior había buscado la escuela romanista fundada por Rafael.
Como reacción al manierismo de finales del siglo XVI, surgieron en Italia dos tendencias: el caravaggismo y el clasicismo. Ambas se enmarcan cronológicamente dentro de la pintura barroca, pero sus características son distintas a las del barroco pleno. Una de estas tendencias es el clasicismo o pintura clasicista, se desarrolló durante el siglo XVII en Italia y Francia y representó una alternativa a la pintura barroca.
En este contexto se enmarca la Accademia del Naturale, o Accademia del Disegno. Se formó en el taller de los Carracci, que pretendían renovar el arte del momento, predominantemente manierista, estilo que consideraban decadente. La escuela boloñesa tomó sus referencias de estilos clásicos, tanto de la antigüedad greco-romana como del Renacimiento del primer Cinquecento, especialmente Rafael. Annibale Carracci había “reunido todo lo bueno: las líneas graciosas de Rafael, la anatomía básica de Miguel Ángel, la delicada técnica de Correggio, el colorido de Tiziano y la fantasía de Giulio Romano y Mantegna”.
Fueron muchos los pintores que formaron parte de la Academia, pero los más conocidos son Domenichino, el boloñés Guido Reni y Francesco Albani. Autores posteriores se consideran de transición hacia el pleno barroco, como Guercino.
Técnica sobre soporte: Óleo sobre lienzo
Título de la obra: “Sibila pérsica”
Autor: Círculo Giovanni Francesco Barbieri “Il Guercino”
Estilo / Escuela: Clasicismo / Escuela boloñesa
Periodo: Finales del siglo XVII
Buen estado para su antigüedad y uso
Dimensiones totales: 84 x 110 x 5 cm.
Dimensiones sin marco: 56 x 81 cm.
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