Watercolor, ink on Canson paper 300 g. Doïna Vieru is an Ecuadorian-Moldavian artist born in 1978 who lives & works in France, Paris. She always preferred pas/pas/passionately the image to the word and all this despite crises of Bartlébysme. Between "I would prefer not to", pencils, papers, pvc or metal and other sharp instruments, the game remains his eternal favorite. After studying at the Chisinau Art Academy in Moldavia and Ecole Nationale des Beaux-Arts de Paris, France, she left Europe for Ecuador where she developed her own artistic language between mountains and jungle. Her return to 2019 in Paris is marked by an event-hanging at the Nesle gallery where she presented drawings on the three levels of the gallery. Her work, which has been exhibited regularly in Ecuador, Mexico, France, Romania and Moldova, still deals with the inexpressible. It's a kind of hide-and-seek game, to say and shut up. Her production is serial: she paints on herself, on her pregnancies, to the rhythm of Tchaikovsky's Opus 35 or in the melanomaniac search for black. In the last series of drawings it is a question of hiding and destroying poetry by freely playing on large photographic paper with layers-history - palimpsests - superimposed where unintelligible writing mixes with charcoal, ink, with white acrylics and black stone. It is the rewriting of the disaster, a direct reference to the work of Maurice Blanchot: "When all is said, what remains to be said is the disaster, ruin of speech, failure in writing, rumor that murmurs: this which remains without remainder."
Acuarela, tinta sobre papel Canson 300 g. Doïna Vieru es una artista ecuatoriana-moldava nacida en 1978 que vive y trabaja en Francia, en París. Siempre ha preferido pas/pas/pasionadamente la imagen a la palabra y todo ello a pesar de las crisis de Bartlébysme. Entre "preferiría no hacerlo", lápices, papeles, pvc o metal y otros instrumentos punzantes, el juego sigue siendo su eterno favorito. Después de estudiar en la Academia de Arte de Chisinau en Moldavia y en la Escuela Nacional de Bellas Artes de París, Francia, dejó Europa por Ecuador donde desarrolló su propio lenguaje artístico entre montañas y selva. Su regreso a París en 2019 está marcado por un evento-colgado en la galería Nesle, donde presentó dibujos en los tres niveles de la galería. Su obra, expuesta regularmente en Ecuador, México, Francia, Rumanía y Moldavia, sigue tratando de lo inexpresable. Es una especie de juego del escondite, de decir y callar. Su producción es seriada: pinta sobre sí misma, sobre sus embarazos, al ritmo del Opus 35 de Chaikovski o en la búsqueda melanómana del negro. En la última serie de dibujos se trata de esconder y destruir la poesía jugando libremente sobre grandes papeles fotográficos con capas-historia - palimpsestos - superpuestas donde la escritura ininteligible se mezcla con el carboncillo, la tinta, con los acrílicos blancos y la piedra negra. Es la reescritura del desastre, una referencia directa a la obra de Maurice Blanchot: "Cuando todo está dicho, lo que queda por decir es el desastre, la ruina de la palabra, el fracaso en la escritura, el rumor que murmura: esto que queda sin resto"
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