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Solitude in the Jardin de Luxembourg', oil on board, by Élisée Maclet (circa 1930s). Immerse yourself in the serene and evocative beauty of Élisée Maclet's artwork. This exquisite oil painting captures the tranquil essence of a Parisian park with its empty chairs gazing contemplatively into a tree-lined path, inviting viewers to experience a moment of quiet reflection amidst the bustling city of Paris. Élisée Maclet, celebrated for his vibrant expressionist style, masterfully uses vivid colours and bold brushstrokes to bring the scene to life. The lush greenery and the iconic Parisian park chairs are rendered with an emotive intensity that is characteristic of Maclet's work, making this piece a quintessential example of his unique artistic vision. The Jardin de Luxembourg, with its historic charm and timeless beauty, serves as the perfect backdrop, enhancing the painting's allure and appeal. This artwork not only captures a picturesque moment but also conveys a deeper sense of peace and solitude, making it a captivating addition to any collection. The artwork is in good overall condition and has been newly framed with a French-style linen slip. It is signed by the artist in the lower right hand. Please enjoy the many photos with this listing. Dimensions with frame : H 61.5 cm / 24.2" W 51 cm / 20.1" Dimensions without frame : H 49.5 cm / 19.5" W 39 cm / 15.4" About the Artist: Élisée Maclet (1881-1962) - Maclet was born the son of a gardener and a laundress in Picardy. His family was poor and he began work very young as an assistant to his father. Picardy is renowned for its roses, and Maclet used to say that he was born among cabbages and roses. His artistic talent became evident very early on. In spite of paternal opposition, in 1906 Maclet gave up gardening for art and moved to Montmartre , where while painting he supported himself with a variety of casual work (varnishing iron bedsteads, decorating the floats for the gala nights at the Moulin Rouge, washing dishes or opening oysters in restaurants). I n a short time Maclet won a circle of admirers. The art dealer, Dosbourg, bought his work, which gave him a fairly reliable source of income and enabled him to devote more time than ever to his art. from Montmartre he launched out into the suburbs of Paris, painting them with the same affection with which he treated the scenes of Montmartre. In 1923 Maclet entered into a contract with a wealthy Austrian manufacturer, Baron von Frey, a condition of which was that he should leave Paris for the south of France, as the Baron sensed that Maclet would know how to handle the brilliant light and intense colours of the Midi. When he made sporadic visits to Paris during his years in the south of France, the painters of Montmartre and Montparnasse considered him a painter on the rise, but the public remained indifferent. In 1957 a Parisian gallery organized a retrospective exhibition of Maclet's work, and the solid rise in the prices of his paintings dates from that retrospective exhibition. The artist had reached the state wherein his work was soundly established across the years.
Soledad en el Jardín de Luxemburgo", óleo sobre tabla, de Élisée Maclet (hacia 1930). Sumérjase en la serena y evocadora belleza de la obra de Élisée Maclet. Este exquisito óleo capta la tranquila esencia de un parque parisino con sus sillas vacías contemplando un camino arbolado, invitando al espectador a experimentar un momento de sosegada reflexión en medio de la bulliciosa ciudad de París. Élisée Maclet, célebre por su vibrante estilo expresionista, utiliza con maestría colores vivos y pinceladas audaces para dar vida a la escena. La exuberante vegetación y las icónicas sillas del parque parisino se representan con una intensidad emotiva característica de la obra de Maclet, lo que convierte a esta obra en un ejemplo por excelencia de su visión artística única. El Jardín de Luxemburgo, con su encanto histórico y su belleza intemporal, sirve de telón de fondo perfecto, realzando el encanto y el atractivo del cuadro. Esta obra de arte no sólo captura un momento pintoresco, sino que también transmite una profunda sensación de paz y soledad, por lo que es una cautivadora adición a cualquier colección. La obra se encuentra en buen estado y está recién enmarcada con una lámina de lino de estilo francés. Está firmada por el artista en la parte inferior derecha. Disfrute de las numerosas fotos que acompañan a este anuncio. Dimensiones con marco : Al 61,5 cm / 24,2" Anch 51 cm / 20,1" Dimensiones sin marco : Al 49,5 cm / 19,5" Anch 39 cm / 15,4" Sobre el artista: Élisée Maclet (1881-1962) - Maclet nació en Picardía, hijo de un jardinero y una lavandera. Su familia era pobre y empezó a trabajar muy joven como ayudante de su padre. Picardía es famosa por sus rosas, y Maclet solía decir que había nacido entre coles y rosas. Su talento artístico se manifestó muy pronto. A pesar de la oposición paterna, en 1906 Maclet abandonó la jardinería por el arte y se trasladó a Montmartre, donde, mientras pintaba, se mantenía con diversos trabajos ocasionales (barnizar somieres de hierro, decorar las carrozas de las noches de gala del Moulin Rouge, fregar platos o abrir ostras en restaurantes). En poco tiempo, Maclet se ganó un círculo de admiradores. El marchante Dosbourg compró sus obras, lo que le proporcionó una fuente de ingresos bastante fiable y le permitió dedicar más tiempo que nunca a su arte. Desde Montmartre se lanzó a los suburbios de París, pintándolos con el mismo cariño con el que trataba las escenas de Montmartre. En 1923, Maclet firmó un contrato con un acaudalado fabricante austriaco, el barón von Frey, una de cuyas condiciones era que abandonara París por el sur de Francia, ya que el barón intuía que Maclet sabría manejar la luz brillante y los colores intensos del Midi. Cuando visitó París esporádicamente durante sus años en el sur de Francia, los pintores de Montmartre y Montparnasse le consideraron un pintor en alza, pero el público permaneció indiferente. En 1957, una galería parisina organizó una exposición retrospectiva de la obra de Maclet, y la sólida subida de los precios de sus cuadros se remonta a esa exposición retrospectiva. El artista había alcanzado un estado en el que su obra estaba sólidamente asentada a lo largo de los años.
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