This exquisite figure of Guanyin from early 20th century is masterfully carved from a single piece of pure, delicate white alabaster. The alabaster, known for its firm yet warm quality, lends a serene and ethereal beauty to the figure. Guanyin's oval face is framed by gentle upper eyebrows and slightly open, lowered eyes, conveying a sense of peace and introspection. Her features, including a straight and slightly high nose, small delicate lips, and long round ears, are finely detailed, exuding grace and compassion. Her hair is styled in a high bun, and she wears a long-sleeved, pleated coat that fits closely to her body, enhancing her dignified and serene appearance. Guanyin is depicted holding a lotus flower in her right hand and a pearl in her left. She sits comfortably on a rock with bare feet, her expression calm, gentle, and dignified. The lotus flower she holds is a powerful symbol of life, ever-renewing youth, eternity, purity, and divinity. It is also emblematic of feminine beauty and true purity, as the eye is the gateway to the soul. Guanyin is a beloved figure in Chinese art, often depicted holding a flask or an alms bowl. In this particular representation, however, she holds a pearl, likely symbolizing the "pearl of light," and a lotus flower. The pearl is reminiscent of a tale from the 16th-century Chinese novel, Complete Tale of Avalokiteśvara and the Southern Seas, where the Dragon King presents Guanyin with a night-shining pearl in gratitude for saving his son's life. This pearl, which constantly emits light, allows Guanyin to read Buddhist scriptures by night. This statue's free-standing pose first appeared in the Dragon King statue in the Ajahn Pagoda Grottoes and was later popularized in Tang Dynasty statues. It represents Guanyin’s compassionate nature, ready to respond to prayers and guide souls across the ocean of suffering. with its intricate detailing, serene expression, and profound symbolism, this alabaster figure of Guanyin is a remarkable piece of art from the early 20th century, capturing the essence of compassion and serenity.
Esta exquisita figura de Guanyin de principios del siglo XX está magistralmente tallada en una sola pieza de puro y delicado alabastro blanco. El alabastro, conocido por su calidad firme pero cálida, confiere a la figura una belleza serena y etérea. El rostro ovalado de Guanyin está enmarcado por unas suaves cejas superiores y unos ojos ligeramente abiertos y bajos, que transmiten una sensación de paz e introspección. Sus rasgos, que incluyen una nariz recta y ligeramente alta, labios pequeños y delicados y largas orejas redondas, están finamente detallados y destilan gracia y compasión. Lleva el pelo recogido en un moño alto y un abrigo plisado de manga larga, ceñido al cuerpo, que realza su aspecto digno y sereno. Guanyin aparece con una flor de loto en la mano derecha y una perla en la izquierda. Está cómodamente sentada sobre una roca con los pies descalzos, y su expresión es tranquila, amable y digna. La flor de loto que sostiene es un poderoso símbolo de vida, juventud siempre renovada, eternidad, pureza y divinidad. También es un emblema de la belleza femenina y la verdadera pureza, ya que el ojo es la puerta del alma. Guanyin es una figura muy querida en el arte chino, a menudo representada sosteniendo un frasco o un cuenco de limosna. En esta representación, sin embargo, sostiene una perla, que probablemente simboliza la "perla de luz", y una flor de loto. La perla recuerda un relato de la novela china del siglo XVI, Cuento completo de Avalokiteśvara y los mares del sur, en el que el Rey Dragón regala a Guanyin una perla que brilla de noche en agradecimiento por salvar la vida de su hijo. Esta perla, que emite luz constantemente, permite a Guanyin leer las escrituras budistas por la noche. Esta postura de la estatua apareció por primera vez en la estatua del Rey Dragón de las Grutas de la Pagoda Ajahn y más tarde se popularizó en las estatuas de la Dinastía Tang. Representa la naturaleza compasiva de Guanyin, dispuesta a responder a las plegarias y a guiar a las almas a través del océano del sufrimiento. Con sus intrincados detalles, su expresión serena y su profundo simbolismo, esta figura de alabastro de Guanyin es una notable obra de arte de principios del siglo XX, que capta la esencia de la compasión y la serenidad.
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