Oil on glass. On the lower left are the signature and date, accompanied by the artist's symbol, the stylised figurine of a man in a wheelchair.This is a work on glass by the painter Mario Previ, who has lived and painted in a wheelchair since the age of eighteen, due to quadriplegia following a plunge into his Taro river. He said of himself: ‘The world, the passage of time, from this point of view (the wheelchair) teaches you many things. You learn to wake up every morning with a purpose, even if your body is in pain, if every gesture generates suffering and you depend on others, and giving up could be an easy solution. And instead, art, painting, together with the serenity of my world, of friends, give me incredible energy. They have saved me, giving me the strength to live'. In 1974, three years after the accident, inspired by a television programme on Yugoslavian naïve painters, in particular by the works on glass by Mijo Kovacic, Previ began painting and learning the art of glass painting as a self-taught artist, until he became known and appreciated for his paintings. In his naifs, Mario Previ recounts a reality that has almost disappeared, real stories albeit in a fairy-tale tone, revives lost traditions, glimpses of life that belonged to other generations, those of the peasant civilisation (from which he comes), but what emerges most from his visions are the ‘forë’, those that could once be heard in the ‘firossi’, the traditional evenings in the hamlets of Parma dedicated to getting together to tell anecdotes, stories and historical curiosities, often in front of the fireplace, when it was cold and snowing outside. The work is presented in the frame.
Óleo sobre vidrio. En la parte inferior izquierda figuran la firma y la fecha, acompañadas del símbolo del artista, la figura estilizada de un hombre en silla de ruedas.Se trata de una obra sobre vidrio del pintor Mario Previ, que vive y pinta en silla de ruedas desde los dieciocho años, debido a la tetraplejia que le sobrevino tras una zambullida en su río Taro. Dijo de sí mismo: "El mundo, el paso del tiempo, desde este punto de vista (la silla de ruedas) te enseña muchas cosas. Aprendes a levantarte cada mañana con un propósito, aunque te duela el cuerpo, aunque cada gesto te genere sufrimiento y dependas de los demás, y abandonar podría ser una solución fácil. Y en cambio, el arte, la pintura, junto con la serenidad de mi mundo, de los amigos, me dan una energía increíble. Me han salvado, me han dado fuerzas para vivir". En 1974, tres años después del accidente, inspirado por un programa de televisión sobre pintores naif yugoslavos, en particular por las obras sobre vidrio de Mijo Kovacic, Previ empezó a pintar y a aprender el arte de la pintura sobre vidrio de forma autodidacta, hasta que llegó a ser conocido y apreciado por sus pinturas. En sus naifs, Mario Previ relata una realidad casi desaparecida, historias reales aunque en tono de cuento de hadas, revive tradiciones perdidas, atisbos de vida que pertenecieron a otras generaciones, las de la civilización campesina (de la que procede), pero lo que más emerge de sus visiones son los "forë", los que antaño se oían en los "firossi", las veladas tradicionales de las aldeas de Parma dedicadas a reunirse para contar anécdotas, historias y curiosidades históricas, a menudo delante de la chimenea, cuando fuera hacía frío y nevaba. La obra se presenta enmarcada.
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