This piece is one of the latest additions to the "Exchange Currency Series" created by Natasha Lelenco in 2024, inspired by the concept of the "face" on coins. It is a unique work consisting of a meticulously crafted female portrait executed on a treated circular pine wood cut, created using mixed media techniques. In this piece, dominated by a palette of blues and greens, Natasha takes stylistic liberties that connect the classical portrait with cubism and urban art. The character is framed by a phrase that can be translated as "You're crazy, it will be hard. Good luck," bringing an almost humorous and carefree vision to the underlying audacity of migration. Conceptually, the artwork is part of a project in which the artist, drawing from her own experience, explores the theme of foreignness and the sense of 'not being from here.' Furthermore, it connects with the experiences of others who have undergone the challenges of migration. These artworks are designed to function both individually and in multiple compositions, allowing for installations tailored to the space with as many artworks as desired. Natasha Lelenco, an artist of Moldovan origin, explores themes of foreignness and delves into the well-trodden subject of the value of art with this series. While conventional coins have a fixed value and typically depict a national figure, Natasha's coins showcase anonymous faces and offer variable, often arbitrary, selling values. These coins can function both individually and as panels alongside others from the same series, allowing for the creation of installations as vast as desired. As an interesting curiosity, the artist offers her collectors the possibility to exchange the equivalent value of the percentage that would have been due to the artist from the sale of these coins for future works of her own creation. Therefore, beyond acquiring a wonderful piece of art, they acquire the opportunity to visit the artist's studio and consider the purchase of another work using this as a form of payment. Natasha Lelenco says of this project: "This series is about value and price. I propose to the public the acquisition of a currency as a transfer value only valid for future work of my authorship. This moving value, which has nothing to do with determining the value of the work itself (the currency itself), is decided, in addition to being completely arbitrary in nature, except for a reasoned valuation between the price of one currency and another. These currencies transfer the enhanced value of the artistic object for future work, deliberately leaving aside any symbolic overvaluation that derives from the creative work. However, each piece is a unique work elaborated with deliberate technical flaws, signed, and serves as a certification of original work. The norm is that the faces on currencies belong to kings, presidents of republics, or individuals who represent clear national identification. These currencies, by contrast, present a collection of anonymous profiles enveloped in disconcerting phrases that allude to the concept of a vast community of citizens who live in a state of 'not belonging,' characters who inhabit the depreciation that so often defines origins, laws, and inequality."
Esta pieza es una de las últimas incorporaciones a la "Serie Moneda de Cambio" creada por Natasha Lelenco en 2024, inspirada en el concepto de la "cara" de las monedas. Se trata de una obra única consistente en un retrato femenino meticulosamente elaborado sobre un corte circular de madera de pino tratada, creado mediante técnicas de técnica mixta. En esta pieza, dominada por una paleta de azules y verdes, Natasha se toma libertades estilísticas que conectan el retrato clásico con el cubismo y el arte urbano. El personaje está enmarcado por una frase que puede traducirse como "Estás loco, será duro. Buena suerte", aportando una visión casi humorística y despreocupada a la audacia subyacente de la migración. Conceptualmente, la obra forma parte de un proyecto en el que la artista, a partir de su propia experiencia, explora el tema de la extranjería y la sensación de "no ser de aquí" Además, conecta con las experiencias de otras personas que han sufrido los retos de la migración. Estas obras están diseñadas para funcionar tanto individualmente como en composiciones múltiples, lo que permite realizar instalaciones adaptadas al espacio con tantas obras como se desee. Natasha Lelenco, artista de origen moldavo, explora temas de extranjería y ahonda en el trillado tema del valor del arte con esta serie. Mientras que las monedas convencionales tienen un valor fijo y suelen representar una figura nacional, las de Natasha muestran rostros anónimos y ofrecen valores de venta variables, a menudo arbitrarios. Estas monedas pueden funcionar tanto individualmente como en paneles junto a otras de la misma serie, lo que permite crear instalaciones tan vastas como se desee. Como curiosidad interesante, la artista ofrece a sus coleccionistas la posibilidad de canjear el valor equivalente al porcentaje que le hubiera correspondido a la artista por la venta de estas monedas por futuras obras de su propia creación. Así, más allá de adquirir una maravillosa obra de arte, adquieren la oportunidad de visitar el estudio de la artista y plantearse la compra de otra obra utilizando ésta como forma de pago. Natasha Lelenco dice de este proyecto: "Esta serie trata sobre el valor y el precio. Propongo al público la adquisición de una moneda como valor de transferencia sólo válido para futuras obras de mi autoría. Este valor de transferencia, que nada tiene que ver con la determinación del valor de la propia obra (la moneda en sí), se decide, además de ser de naturaleza totalmente arbitraria, salvo por una valoración razonada entre el precio de una moneda y otra. Estas monedas transfieren el valor realzado del objeto artístico para futuros trabajos, dejando deliberadamente de lado cualquier sobrevaloración simbólica que se derive del trabajo creativo. Sin embargo, cada pieza es una obra única elaborada con deliberados defectos técnicos, firmada, y sirve como certificación de obra original. Lo normal es que los rostros de las monedas pertenezcan a reyes, presidentes de repúblicas o individuos que representen una clara identificación nacional. Estas monedas, por el contrario, presentan una colección de perfiles anónimos envueltos en frases desconcertantes que aluden al concepto de una vasta comunidad de ciudadanos que viven en un estado de "no pertenencia", personajes que habitan la depreciación que tan a menudo define los orígenes, las leyes y la desigualdad."
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