As always at the Atelier, our hearts leap for vernacular furniture. This superb series of brutalist chairs is no exception to the rule. In medium-colored solid oak, these old mountain chairs display raw lines that will make you pale! The round, massive and essential lines are enhanced by the beauty of the assemblies, in particular the use of a wooden key struck at the back of the grooved back. The crossed crosspieces under the seat are high and full, and contribute to the “totem” spirit of these unique pieces of furniture. These old chairs have incredible charm and will give the decor a timeless, primitive character.
The chairs are old. They are made of medium-colored solid oak. Vernacular furniture, the chairs are an artisanal production, touching and careful. Mountain chairs, the lines are sober, thick, raw and highlight the assemblies, particularly the struck corners. Finally, the crosspieces under the seat are thick, crossed and very decorative. The oak is heavy and of very good quality. The patina and traces of use are touching. The wood cracked on certain parts, visible in the photo, without this affecting the solidity of the parts. The chairs are unusual, in very good condition.
38cm wide, 42cm deep, 44cm high and 80cm high.
Como siempre en el Atelier, nuestros corazones saltan por los muebles vernáculos. Esta magnífica serie de sillas brutalistas no es una excepción a la regla. En roble macizo de color medio, estas antiguas sillas de montaña muestran unas líneas crudas que te harán palidecer Las líneas redondeadas, macizas y esenciales se ven realzadas por la belleza de los ensamblajes, en particular el uso de una llave de madera golpeada en la parte trasera del respaldo acanalado. Los travesaños cruzados bajo el asiento son altos y llenos, y contribuyen al espíritu "tótem" de estos muebles únicos. Estas sillas antiguas tienen un encanto increíble y darán a la decoración un carácter intemporal y primitivo.
Las sillas son antiguas. Son de roble macizo de color medio. Muebles vernáculos, las sillas son una producción artesanal, con tacto y cuidado. Sillas de montaña, las líneas son sobrias, gruesas, crudas y destacan los ensamblajes, en particular las esquinas golpeadas. Por último, los travesaños bajo el asiento son gruesos, cruzados y muy decorativos. El roble es pesado y de muy buena calidad. La pátina y las huellas de uso son conmovedoras. La madera está agrietada en algunas partes, visibles en la foto, sin que ello afecte a la solidez de las piezas. Las sillas son poco comunes, en muy buen estado.
38 cm de ancho, 42 cm de fondo, 44 cm de alto y 80 cm de alto.
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